JARAMILLO, Luis Guillermo y TRIGO, Eugenia. La corporeidad de América Latina: ideas para un currículo en motricidad y desarrollo humano. En: Revista ieRed: Revista Electrónica de la Red de Investigación Educativa [en línea]. Vol.1, No.2 (Enero-Junio de 2005). Disponible en Internet: <http://revista.iered.org>. ISSN 1794-8061

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La corporeidad de América Latina: ideas para un currículo en motricidad y desarrollo humano

Luis Guillermo Jaramillo y Eugenia Trigo
ljaramillo@unicauca.edu.co, etrigoa@yahoo.es

Equipo de Investigación Kon-traste
Asociación Española de Motricidad Humana
www.kon-traste.com

Universidad del Cauca
Popayán - Colombia

América Latina, ¿quién eres?, ¿por qué tan escondida?, ¿por qué tan rica y pobre a la vez?, ¿podemos-queremos entrar a escribir la otra historia? La historia del antes que re-surge, una y otra vez, en medio de las faldas de tus verdes campos. ¿Es posible construir currículum en América Latina, para América Latina, desde América Latina? ¿Podemos-queremos afrontar esta tarea desde Colombia?, todavía más, ¿podemos “romper” la colonización en pro de creaciones genuinas desde lo que somos? Estas son algunas de las preguntas que queremos ayudar a desempolvar en este artículo. Preguntas que nos hacemos en el seno de los diferentes grupos con quienes dialogamos, compartimos y producimos. Son las preguntas-eje que rondan nuestros encuentros y orientaciones en los trabajos de grado, proyectos de maestría y tesis de doctorado. Este texto pretende ser una introducción al desafío que nos hemos auto-comprometido. Un desafío que emerge de los “choques culturales”, de las “otras-lecturas”; y del enfrentamiento entre la “rabia” y la “pasividad”, lo real y lo posible, lo que es y lo que queremos ser, lo que nos han contado y nos hemos creído y lo que no nos han contado y vamos descubriendo. Un texto que quiere romper con la tradición de una historia contada desde la unicidad, nos atrevemos a intentar re-encontrar el camino que hemos perdido. Queremos compartir con ustedes nuestras búsquedas, nuestras inquietudes, nuestras preguntas, pero también nuestras propuestas. Creemos que ha llegado el tiempo de comprender otras historias, otras formas de hacer ciencia, otras maneras de interpretar el mundo; de explorar en la intuición, el mito y la fantasía aquello que nos permite ser proyecto; otras formas de hacernos humanos, otras maneras de construir conocimiento. Algunas pistas que nos empujan a construir currículo como latinos son: Nuestra perspectiva biocéntrica del mundo, nuestra subjetividad, y nuestra forma de transmitir y lenguajear la cultura. ¿Nos acompañan?.

INTRODUCCIÓN

Esta exposición hace parte de una gran aventura que hemos iniciado hace ya un par de meses; nos hemos encontrado, ¿por qué? creemos que por cosas y sucesos del azar; de movimientos brownoideos que nos hacen volar como las moscas de aquí para allá, dar vueltas bruscamente de allá para aquí; “un ángulo recto, una línea que sube, de aquí para allá, del fondo al frente, hacia arriba, hacia abajo, espasmódicamente, frenando en seco y arrancando al mismo instante en otra dirección, y todo eso va tejiendo un dibujo, una figura, algo inexistente” Cortazar (1976). Figura ésta que por cuestiones de haber dibujado nuestros caminos académicos, nos han hecho parar espasmódicamente, frenar en seco y encontrarnos en un sentir y buscar en nuestra subjetividad lo que nos une como humanos y como latinos.

Es por esto que el texto que presentamos en esta ocasión, es el comienzo de apertura de una línea de trabajo, un proyecto de investigación que, siendo parte del núcleo fundante de “motricidad y desarrollo humano”, se aventura como un nuevo camino a ser descubierto, más bien, casi rasgado a pico y pala. Es un nuevo proyecto que consideramos necesario en América Latina, y en particular, Colombia.

Como todo inicio, está lleno de dudas, de incertidumbres, de preguntas, de confusiones, de frases no terminadas, pero al mismo tiempo de ilusión, de sueños, de indagaciones, de nuevas lecturas, de posibilidades, de encuentros y desencuentros. Es así como esta exposición es apenas un dibujo incipiente, por ahora, de aquello que queremos comprender y no sabemos en la espesura de nuestras búsquedas internas y externas, lo que vamos a encontrar (incertidumbres), pero sí, con la convicción de aquello que queremos y nos apasiona inquirir y auscultar: nuestra latinidad.

Como todo proyecto, no es algo inmediatista, sino que se propone como plan estratégico para los próximos años, llegar a una producción de conocimiento rica y fresca sobre nuestra identidad. Será como un plan de desarrollo de nuestra propia formación y de la formación de las personas con quien compartimos: estudiantes de pregrado, diplomados, maestrías, doctorado, tanto en la Universidad del Cauca, como desde las otras latitudes de la Red Internacional de Motricidad Humana con quienes construimos conocimiento.

Para esta exposición, esos movimientos que queremos hacer evidentes, son dos realidades que a la larga son la misma cosa, que en nuestra coherencia, se hace necesario precisar; la primera de ellas, es lo que hay de huella en nuestra formación, lo que nos cuentan en cada hemisferio sobre Latinoamérica; pero más allá, lo complejo, lo tejido detrás de ese discurso de seres aparentemente colonizados.

Posteriormente hacemos otros movimientos en seco y con cambios de dirección bruscos. Es lo que nos hablan las fuentes documentales en su esencia; son bruscos estos movimientos en tanto encontramos que algunos autores en su esencialidad disfrazan lo que dicen, no hablan del aquí y el ahora, sino de la historia universal, no la historia subjetiva de nuestros pueblos. Ahí, paramos la lectura, damos media vuela y mejor buscamos otra, intentamos oler y gustar lo escrito y algunos de ellos sí nos tocan, nos mueven, nos dicen esta es la historia no contada como en Berman o, dejen de mirar bizcamente por el espejo retrovisor de los otros como Botero.

Por último, nos atrevemos a lanzar algunos tópicos sobre cómo construir currículum en América Latina para América Latina fundamentados en el proyecto y por ende en la motricidad y desarrollo humano.

A continuación entonces, le invitamos a que conozca los trazos de esos movimientos brownoideos formando una figura que aún no hemos podido comprender pero que nos permite buscar en el olor de Latinoamérica algo que se nos ha perdido o no hemos descubierto.

1. NUESTRAS HISTORIAS

a. LO QUE EUGENIA “ESTUDIÓ” EN SU ESCUELA DE VIGO (Pontevedra, España entre 1960-1975, época Franquista) (lo que ha quedado en mi memoria).

Hace ya mucho tiempo de mis primeras letras, mis primeros libros, mis primeros profesores. Viví en el seno de una familia y un país contradictorio, entre lo que se era, lo que se quería ser y lo que te dejaban ser. Una España destruida, arruinada, en paños menores, aislada, rota, descreída, sin ningún tejido social, llena de tradiciones que no dejaban respirar, comprimida dentro de sus fronteras en dónde todo estaba prohibido o era pecado. Esta era la España de mi niñez, adolescencia y primera juventud.

¿Qué recuerdo de historia de “Sur América” (nadie hablada de “latino-américa”) de aquélla época? Dejo que las palabras acudan a mi memoria. Así hablan:

1492, los Reyes Católicos, la Reina Isabel (la que manda) y su esposo Fernando (el que dirige) el reinado de Castilla y León y el poder de adquisición de otros reinados, la Edad Media, los castillos, los hidalgos, las guerras santas, la Inquisición, la iglesia católica, los jesuitas, los esclavos, la construcción de catedrales (del románico al gótico), el arte auspiciado por los reyes, papado y curia eclesiástica (pintura, escultura, literatura).

Las imágenes de los libros de texto que han quedado en mi retina: grandes palacios con Isabel y Fernando vestidos de ricos ropajes, al lado de “pobres indios” semidesnudos y con la mirada baja. Las “hermosas carabelas” con un almirante que otea más allá de los mares y muchos remos saliendo de los fondos de las mismas. El “gran descubrimiento” de otra tierra. España descubre América y la coloniza (esto se estudia y asume como riqueza, como labor social, como fin en sí mismo). Se admira la riqueza, las frutas, el oro que portan los “indios”. Se “extraña” y avergüenza de hombres y mujeres desnudos. Nos enseñan a “no mirar”, se “visten” a los indios para no pervertirnos en la época escolar. Se nos inculca la idea de “salvajes”, de casi-no-humanos que Colón descubre.

En clase de religión católica (y práctica impuesta desde la familia), se nos obliga a no-pensar, a no-preguntar, a confesar nuestros “pecados”, a vivir en pecado porque “todo era pecado”, a asumir que los “curas” fueron a América para “santificar” a los no-creyentes, a los incrédulos, a los salvajes.

Una frase del filósofo contemporáneo José Antonio Marina (2000: 76) resume muy bien nuestros estudios escolares: “Fernando el Católico, llamado por el Papa "atleta de Cristo" trato de evitar que extrajeran el oro de las minas de Santo Domingo (…) terminar con esta treta se convirtió en una larguísima tarea de tres siglos, en la que hubo que domeñar intereses, cambiar creencias, excitar la compasión, maniobrar políticamente. El ambiente nos intoxica a todos y nos hace colaboracionistas por dejadez”.

En suma, el mundo se circunscribe alrededor de España y sus colonias y el estudio de la historia-geografía universales, meramente descriptiva y memorística.... Y esta idea del mundo, del “nuevo mundo” se mantuvo hasta que comencé a viajar, a tomar contacto con otras culturas, otras formas de vida, otras realidades y “aprendí” in situ lo que los libros me habían negado: que el planeta es variopinto, que hay muchas maneras de vivir, que todos somos hijos de la misma tierra y pertenecemos a una única raza “la raza humana”, que las cosas no son tan sencillas como nos las han querido contar, que hay otras muchas historias que no están escritas o que se han empeñado en ocultar, que la historia estudiada es únicamente la historia escrita por los que ostentan el poder en el mundo. Un mundo que se ha construido a base de guerra, sangre, ultrajes y colonizaciones.

Hay tres hechos que sembraron un hito en mi despertar latino:

El primero, tuvo lugar, progresivamente a lo largo de cinco años, en el seno de la Universidad de Santiago de Compostela, en dónde se celebraba cada mes de julio el Master Internacional de Creatividad Aplicada Total y en el cual participaba como docente y coordinadora. En este encuentro venían estudiantes-profesionales de diversos países de América Latina. Ahí descubrí a esas personas y su diferente forma de enfocar la vida. Fue un verdadero choque cultural que me obligó a ver el mundo desde una perspectiva muy distinta a la que desde España (ya Europa) nos seguían imponiendo

El segundo, se produjo en uno de mis viajes a Brasil, con el “descubrimiento” de otras imágenes, otras cifras, otros textos que encontré en la Exposición Universal de São Paulo (Brasil) en la conmemoración de los 500 años… Las imágenes eran “desgarradoras”, nada tenían que ver con las “tranquilas” fotografías a las que nos habían acostumbrado. ¿De dónde salían ahora estas expresiones? Los números eran otro impacto. ¿Cómo era posible que se hubiera destruido tanto (vidas humanas y vida natural) en pro del famoso descubrimiento de un nuevo mundo?, ¿cómo era posible tanta sangre, tanta invasión, tanta exfoliación, tanta esclavitud, tanta muerte, tanto robo? Allí, caminando entre los pabellones y sus murales, me hice esta pregunta ¿qué hubiera sucedido si el “descubrimiento” hubiera sido al contrario?

El tercer hecho y ya paralelo a estos dos hechos anteriores, sucedía mi contacto directo con los pueblos latinos. El navegar por los impresionantes ríos de la amazonía, caminar entre sus frondosas e impenetrables selvas, el “chocarnos” de lleno con la más absoluta “pobreza” en medio de tal riqueza, las gentes viviendo sin agua, en el hemisferio del agua. El descubrimiento de las grandes culturas maya, inca y azteca me deslumbraron. Entonces “caí” de las nubes y tomé consciencia de lo que había sido “la colonización”, el “real descubrimiento de América” y me enrabié, todavía más. Me enrabié con mis antepasados que habían hecho tamaño desastre y con los actuales europeos que siguen viniendo a América Latina a imponer su ley. Y me incomodé, también, con los propios latinoamericanos actuales, por no “despertar” de la dormidera 500 años después.

Y... después de enrabiarme, comencé a querer estudiar, junto con otros, esa otra historia, para desde el diálogo, el compartir, el estudio tratar de comprender al otro como otro como yo y colaborar, ahora, en el despertar de las consciencias para que un día, construyamos el mundo que los seres humanos del planeta queremos, y no el que unos pocos quieren para su bienestar y enriquecimiento.

b. LO QUE LUIS GUILLERMO “ESTUDIÓ” EN SU ESCUELA DE MANIZALES (Colombia, entre 1980 y 1990)

¿Qué ha quedado en mi memoria acerca de la historia de nuestra bella Latinoamérica, qué arraigo, que desazón, que esperanzas, que posibilidades de cambio, que dice mi identidad, dónde estoy y cuál es el posicionamiento histórico que viví en esa década del colegio? Muchas preguntas para pocas respuestas, poco tiempo para responder, mucho tiempo para procesar, para seguir pensando, reflexionando; quizás aquí no lo cuente todo, pero al menos, lo que cuente sea mi ser al descubierto y no escondido entre las ramas de lo escrito que borran ese frondoso árbol que soy que florece y marchita para nuevamente volver a florecer en el ser y no ser.

Recuerdo de pequeño, creo que por el año 82, lo más significativo de mi recuerdo es la celebración del natalicio de Bolívar (1782), se estaban cumpliendo 200 años de haber venido a este mundo, con un fin específico, que creo que él no supo de pequeño y encarnó en el transcurso de su ciclo vital. Recuerdo que me dijeron quien era Bolívar, incluso regañaron a un compañero porque era un adefesio escribir bolívar con minúscula; él es el padre de la patria. Siempre vi a Bolívar en un cuadro de la escuela, ahí, de pie, imponente, como ejemplo para las futuras generaciones, sus botas a la rodilla y sus pantalones blancos y apretados con chaqueta adornada. Lo veía extraño y cercano a la vez. Mi historia no empezó con Colón ni con la Reina Isabel que lo envió a descubrir las indias, mi historia se encarna con alguien que nos libró del yugo español, del robo, del asesinato, de la vileza. No fue para mi el descubrimiento lo decisivo en mi historia, lo fue la rebelión, el soltarse, el salirse de un gobierno español llamado en ese entonces creo que virreinato.

Al lado del criollo Bolívar, estaban los indígenas todos ellos con su torso descubierto, sus calzones cortos que cubrían lo mínimo; ellos estaban encargados de la mita, del mercado de la caza la pesca; ahora que lo pienso, mi noción de indígena era de debilidad, de flaqueza, ataba en mi imaginario poca ropa con ignorancia, así también considera que si no iban a la escuela eran brutos; para mí no había otra forma de aprender; en mi niñez creía que no sabían de matemáticas, ni sabían leer, ni tenían libros, sólo intercambiaban cosas. Vida sencilla para mí, la mamá no les decía que estudiaran para que fueran alguien en la vida. En pocas palabras la noción que tenía era de pobrecitos.

También con Bolívar estaban los españoles, que nos dominaban, en mi tercero entendí eso del florero de Llorente, que fue la excusa para posteriores Batallas, recuerdo que interpreté la obra del florero y cómo se levantaba el pueblo en contra del gobierno español. En este momento me erizo, mis brazos y mi espalda se escaramucean cuando en mi niñez me imaginaba quien quería ser; les cuento que nada más ni nada menos que el gran hombre José Acevedo y Gómez, quien era comisionado para hablar con los españoles, salía a hablar con el pueblo, calmaba los ánimos y después seguía hablando con los españoles; es decir, era el intermediario entre unos y otros pero lo más importante era que tenía el respaldo del pueblo. Me imaginaba hablando en la tribuna, diciéndoles al pueblo que no perdieran este momento de efervescencia y calor.

Después, fue que me contaron lo del descubrimiento de América y la forma como Colón tocó tierra, era obvio que si la imagen que tenía de los indígenas era de unos pobres desarropados, que el conocimiento venía del otro lado, con ellos la escopeta y el caballo. Después que até cabos cuando la rebelión de Bolívar pero no lo tenia claro, me habían contado la historia por pedazos, fuera de lo incompleto que hasta el momento había sido.

Esas son las imágenes de mi primaria lo que siguió hasta quinto, fue lo mismo pero contado en diferente tiempo, la diferencia es que estaba un poco más grande pero todo igual.

En el colegio comprendí un poco más el pensamiento indígena, poco leí de historia y autores latinoamericanos, recuerdo que en sexto estudiábamos las teorías del hombre americano, por dónde fue que entró, en octavo historia universal muy enfocado en países extranjeros y según los profesores las cunas de la civilización como Grecia y Roma, así como también las famosas cruzadas, es decir de Europa se sabe poco; la historia muy de la mano a la geografía, nos mostraban las fronteras y contornos de cada país con sus respectivas capitales.

En noveno en historia del arte entendí muchas cosas, aprendí las diferentes manifestaciones artísticas y creativas del hombre en las cavernas primero fue historia del arte universal y después historia del arte americana, todas las manifestaciones de nuestros indígenas, los muros de Machu-Pichu, las líneas de nazca, la gran cultura inca, la cultura de México, la serpiente emplumada, y en fin una serie de culturas que por su grandeza quitaron en mí la imagen de indígenas pobrecitos.

Ahora leyendo a algunos autores latinoamericanos entiendo que somos otra cultura, la cultura no contada, la no descubierta, la cultura del mito del sueño y de la no razón.

2. ALGUNOS REFERENTES TEÓRICOS.

Creemos necesario, dado que este trabajo es una primera aproximación al tema, presentar un resumen de nuestras fuentes, para que a la vista de las mismas, ustedes puedan continuar, también su búsqueda. Estos están siendo algunos de nuestros referentes teóricos. Está siendo un camino lento pero bien fructífero. Cada libro es un nuevo descubrimiento, una nueva fuente de datos, una posibilidad de aprendizaje y de orientar a otros en el auto-conocimiento y la toma de consciencia de quienes somos en realidad los latinos. Aquello que nosotros hemos descubierto “tan tarde”, tratamos que otros lo descubran más deprisa y así, entre todos los despiertos, comencemos a diseñar nuestras estrategias que nos permitan, un día no lejano, hacernos con nuestra historia y construir nuestra historia desde nosotros mismos. No se trata, de negar, la historia, las distintas historias, y las diferentes aportaciones que distintas personas han hecho a la humanidad, sino comenzar ahora, a escribir y contar qué es lo que nosotros, pueblos latinos, queremos para nosotros y nuestras diversas comunidades.

BERMAN, M. (1992): Cuerpo y Espíritu. La historia oculta de occidente. Santiago de Chile: Cuatro Vientos. Esta es la historia del occidente cristiano escrita no de la manera habitual, donde es la mente la que empuja la pluma, sino una historia escrita desde raíces somáticas y ocultas de nuestra propia conducta visible. Es una historia que nos abre a nuestra experiencia emocional; que nos lleva a un mundo de identificación visceral. Es la historia del cuerpo en su trayectoria por la civilización occidental. El rasgo central de la mayoría de los movimientos heréticos del occidente cristiano, aunque poco mencionado, y menos aún entendido, es el intento de restaurar la cognición corporal al centro de la conscientidad humana. Tanto el gnosticismo, como cátaros y trovadores y movimientos malditos como el nazismo, son vistos como variaciones sobre el tema de una creencia en Dios en oposición a la real vivencia de Dios. El que la idea del amor romántico fuera producto de una herejía cristiana y el desarrollo de la ciencia moderna surgiera del misticismo renacentista son algunos de los temas tratados desde esta novedosa perspectiva. Berman nos muestra cómo las ideologías nacen cuando las personan sienten que carecen de un verdadero anclaje somático. Aquellos que están verdaderamente centrados en sí mismos como organismo biológico podrán abrazar una causa, pero no la necesitan para sentir que con ello dan validez a su existencia. Si no fuera porque casi todos hemos vivenciado algún tipo de pérdida o falla básica muy temprano en la vida, no nos veríamos rodeados de tantos "ismos", que han asolado a nuestra civilización con una pavorosa frecuencia; nacionalismos, racismos, fundamentalismos bíblicos y religiosos, y ahora último, el consumismo del mundo industrializado como la última amenaza que se cierne sobre nuestras vidas.

BOTERO URIBE, D. (2000): Manifiesto del pensamiento latinoamericano. Bogotá: Magisterio. Nuestros pueblos han realizado un intenso mestizaje no sólo racial sino también cultural. El texto es el examen de las consecuencias filosóficas, científicas, políticas, éticas, sociales... de la configuración, teóricamente asumida, de la cultura de nuestro sub-continente. Las culturas no son ghettos, sino ventanas abiertas que reciben y dan influencias; pero no somos territorios de nadie, pueblos sin cultura, sino viejos jóvenes, porque el encuentro de tres mundos en las estribaciones de los Andes, en las riberas de tres océanos: el Atlántico, el Pacífico y el Amazonas han producido una amalgama con bríos y con proyecciones inéditas en la historia.

CAJIAO RESTREPO, C. (1996): La piel del alma. Cuerpo, educación y cultura. Colombia: Magisterio. Ahora sé que sólo soy un cuerpo para el amor y la soledad y únicamente desde él logro articular una manera de pensar y sentir el mundo. Tal vez sea esto lo que me ha llevado a sentir el cuerpo como la piel del alma, porque es sobre esa piel sensible que de tarde en tarde reclama un gesto amable, una expresión de ternura o un abrazo donde se experimenta más hondamente el amor, la solidaridad, la posibilidad de que el abismo interior sea contenido en otro cuerpo o la soledad terrible de un alma que se desgarra sin hallar un sentido que justifique su existencia.

CORVALÁN, M.E. (1999): El pensamiento indígena en Europa. Colombia: Planeta. ¿Qué fue lo que realmente encontraron los europeos en América? Cómo es posible creer que de esas grandes civilizaciones como la Inca, la Azteca y la Maya, entre otras, los europeos se hubieran llevado sólo oro, piedras preciosas, maíz, etc... La autora nos invita a hacerle seguimiento a algunas ideas y cosmovisiones que también viajaron en las carabelas junto con la papa, el tabaco y el tomate. En el caso de las ideas, ¿de qué manera viajaron éstas desde el Nuevo Mundo hacia Europa? Y allá, ¿quienes se interesaron en ellas? ¿Cómo las recibieron? y lo más importante: ¿Qué hicieron con ellas en el viejo continente? Hubo un grupo de personas, protagonistas de este libro, viajeros, sacerdotes, escritores, entre ellos una mujer del siglo XVIII, y filósofos, que se dieron cuenta que estaban frente a unos seres igualmente humanos. Vieron que los indígenas eran capaces de generar conocimiento y de elaborar distintas concepciones del mundo a las conocidas hasta entonces en Europa. Esto es deshistoria.

FREIRE, P. (1997): A la sombra de este árbol. Madrid: El Roure. La educación, en verdad, necesita tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y de utopía. Aceptar la inexorabilidad de lo que ocurre es una excelente contribución a las fuerzas dominantes en su lucha desigual con los "condenados de la Tierra". Jamás acepté que la práctica educativa debería limitarse sólo a la "lectura de la palabra", a la "lectura del texto" sino que debería incluir la "lectura del contexto", la "lectura del mundo". Mi diferencia está sobre todo en el optimismo crítico y nada ingenuo, en la esperanza que me alienta y que no existe para los fatalistas... la esperanza es la exigencia ontológica de los seres humanos. Cuanto más tengamos un presente apesadumbrado en el que el futuro se ahoga, tanta menos esperanza habrá para los oprimidos y más paz para los opresores. De ahí que la educación al servicio de la dominación no puede provocar el pensamiento crítico y dialéctico sino favorecer el pensamiento ingenuo sobre el mundo. En cuanto educador progresista no puedo reducir mi práctica docente a la enseñanza de puras técnicas o contenidos sin implicarme en el ejercicio de la comprensión crítica de la realidad.

MATURANA, H. y VERBEN-ZÖLLER, G. (1997): Amor y juego. Fundamentos olvidados de la humano. Santiago de Chile: Instituto de Terapia Cognitiva. De tres grandes temas trata este libro: del origen de nuestra cultura patriarcal europea, de la relación madre-hijo y de los fundamentos de la democracia en la biología del amor de nuestra infancia matrística. Este libro analiza los fundamentos de nuestra condición humana que están en el amor y en el juego, y ofrece al mismo tiempo, una ocasión para reflexionar sobre cómo debemos criar a nuestros hijos, de manera que les sea posible mantener su auto-respeto y el respeto por los otros cuando lleguen a la edad adulta.

RESTREPO, L.C. (1991): Libertad y locura. Colombia: Arango Editores. bajo la embriaguez del racionalismo dogmático, la libertad no es más que la designación inapropiada de las causas de lo que nos sucede, negándosele cualquier connotación existencial a la noción de azar, expulsada como por arte de magia tanto del mundo de la cultura como del reino de la naturaleza. Para el autor la libertad implica, al contrario, una pérdida transitoria de la seguridad que da lo conocido y un adentrarnos en la inestabilidad y el azar. Ejercitar la libertad es permitir los brotes anárquicos de la subjetividad, dándole cabida al juego y a la fantasía.

TORRES, M. (2001): América Latina, dos veces herida en sus orígenes. Colombia: Ecoe Ediciones. En este libro abordamos el crucial tema del atraso latinoamericano y sus causas. Todos nos hemos sorprendido por el estado de retardo de nuestro continente y su falta de vitalidad para las empresas de alto vuelo en el terreno social, en el cultural, en el económico y en el histórico. Delante de semejante situación, o nos limitamos a menear escépticos la cabeza o a atribuirlo a cuestiones meramente de desarrollo dentro de las malas condiciones en que nos han colocado los países opulentos e imperialistas, o, en fin, a arrojar toda la culpabilidad al fracaso independentista de nuestros Libertadores. Y, aunque todas estas explicaciones puedan tener una porción de verdad, de ninguna manera quedamos satisfechos si miramos a fondo la cuestión. Etnográficamente somos predominantemente nómadas. Esta constitución etnográfica atrasada y nómada proviene de dos fuentes claramente discernibles: a) los primeros pobladores que llegaron al continente vía el Estrecho de Bering; b) los conquistadores españoles traídos por Cristóbal Colón. Son dos heridas contra América Latina. De estas dos heridas no hemos podido rehacernos ni biológica ni históricamente.

3. QUE ESTAMOS APRENDIENDO. Descubrimiento + Liberación = Orfandad

Descubrimiento y liberación: de un lado la riqueza, la unión de dos poderes para salvar la riqueza de un reino, el matrimonio por conveniencia, la civilización que descubre, que salva, que saca de la más ínfima pobreza a los que descubre, que los viste, los domestica, les dice qué hacer y cómo se debe hacer; se mira al otro en procesos de alteridad que giran como satélites en un solo mundo: el mundo de España. Es el estado que se une con la iglesia en la colonización del pensamiento salvaje; del pensamiento que sabe antropo-céntricamente, del pensamiento que selecciona la naturaleza por el olor, por el sabor de fruta que madura en su tiempo y no que se arranca en su proceso. Por el salvaje que respeta la tierra como cobija y como casa. Del otro lado: América Latina. Cuentan la historia de la rebelión del sabor a retaliación, del blanco con barba como avasallador, y al lado de él se encuentra el libertador; el Mesías criollo que nos saca de la opresión de un gobierno que ata y ataca: todos blancos por cierto. Un libertador que lucha al lado de otros (los comuneros) crecidos en medio del hambre y la miseria, pero con la sed y la estirpe de no ser colonizados y manejados por la ley española.

Nos cuentan la historia y a la vez se oculta la historia de parte y parte; por el lado de España no se cuenta el abuso, la violación y el maltrato; por el lado de América, no se cuenta la otra esclavitud, la de la ley europea que rige los derechos del hombre. ¿Qué Hombre? El hombre del caballo y la espada. No se cuenta que si nos independizamos, fue físicamente, lo que seguía esclavizado eran los imaginarios de hombre servil; esa independencia no se nos contó en la escuela.

Descubrimiento y rebelión se presentan a medias, no se completan en sus esencias; el descubrimiento se presenta como nación salvadora que se enriquece osadamente por ser aventureros sin saber a ciencia cierta lo que habían descubierto; la rebelión se presenta como posibilidad de autogobernarse, del manejo de la tierra, de la soberanía sobre la nación, pero con la incomprensibilidad de no saber organizarse, del rescate por lo perdido, del valor de pensar distintamente.

Descubrimiento y rebelión son en últimas, caras de una misma moneda, en tanto la imagen presentada en los dos hemisferios era la de un indígena poco pensante, analfabeto, no creativo, amante de la tierra y no codicioso. Un indígena no escolarizado, no educado, excelente para la servidumbre; un ignorante que aparentemente no sabía la cantidad de riqueza que tenía en medio.

Es la escuela la que nos cuenta y nos miente a la vez, nos muestra la verdad reducida a pedazos; es la escuela la que desde su currículo genera el que sepamos quién descubrió a América y quién la libertó; es la escuela que en imágenes caricaturescas, nos muestra al español adornado como pavo real y al indígena mirando al firmamento anhelando la razón occidental. Es la escuela que presenta a un Bolívar altivo deseoso de venganza jurando ante el Chimborazo en Venezuela libertar hoy los países bolivarianos.

Mas allá de la historia contada y no contada, prevalece la superioridad del blanco sobre el color y olor a tierra y mazorca; del anhelo de viajar a Europa porque aquí no se produce tanto como allá. Es la escuela la que no valora la riqueza, no sólo de nuestra tierra, sino la perspicacia, el ingenio y el candor de nuestra forma de pensar.

Es la historia no contada, la historia oculta de occidente que guía nuestras raíces somáticas; la forma de pensar míticamente, experiencia emocional que nos empuja a pensar en el otro desde nuestras vísceras (entrañablemente). Falta la historia que conoce la hibridación del mestizaje cultural de nuestro continente.

Hace falta contar la historia que muestra la cultura como ventanas abiertas que reciben y dan influencias, que enseña a los otros países de occidente cómo vivimos y cómo es que se aprende a vivir desde el querer ser; una cultura amalgamada con bríos y proyecciones inéditas. Es la cultura que le apuesta al derecho a la utopía, a la no-razón como complemento de la razón.

Falta la historia no descubierta de España a América, la cultura que viajó con las tres carabelas de regreso a España, lo que fue junto con la papa, el tabaco, el tomate y el maíz. Es la colonización a la inversa, el enriquecimiento ilícito de las ideas no reconocidas por los europeos, de los grandes manifiestos del pensamiento indígena; la ideas ricas en la forma de cuidarnos a nosotros mismos, de vivir comunitariamente. Cómo la misma religión cristiana tuvo que recibir como ejemplo la gran enseñanza de tratar al otro en amor como si fuésemos nosotros mismos. Aquí no se conocía el principio, pero sí era parte de nuestra realidad.

Falta contar la historia que no libera cuerpos, sino aquella que libera seres; la historia crítica de Freire, que nos impulsa desde su subjetividad a la más honda rebelión de la subjetividad; la historia que valora una pedagogía de la autonomía. Es la historia del contexto, de la ecología natural que preserva la vida en la cual se encuentra imbuida lo humano; es el pensar en contexto.

En últimas, es la historia asumida desde un presente; la historia que nos permite ir siendo con sentido, que nos impulsa al deseo, que invoca la fantasía y la realización; no puede ser la historia que nos permita ver el pasado con nostalgia de aquello que no volveremos a tener; es la historia que nos permite actuar críticamente en el reconocimiento y la afirmación. No puede ser la historia que nos proyecte el futuro en tanto los sueños se nos pueden caer en la mitad del trayecto.

Es la historia guiada por el deseo de ser en el olor; el olor que lleva al humor, el humor que trasciende, que nos hacer ser y no ser en la incompletud de nuestro ser con el fin de querer alcanzar. Es el deseo que se sabe sobreponer a las raíces amargas de nuestro pasado y se resiste a consumir la mirada extraviada de la oferta económica de la globalización. Es el deseo que va más allá de la necesidad y la oferta. En tanto no se desea algo que sencillamente se necesita, en tanto el deseo surge de lo que se sueña, de nuestras pulsiones y fantasías; tampoco se desea sólo lo que se ofrece, puesto que el ofrecimiento tiene que ver con algo existente; es decir, el objeto real ofrecido. En el deseo cabe lo inexistente tal como lo expresa Laplanche y Pontalis, citado por Botero (2001: 1003) “El deseo nace de la separación entre necesidad y demanda; es irreductible a la necesidad, puesto que en su origen no es relación con un objeto real, independiente del sujeto, sino con la fantasía; es irreductible a la demanda, por cuanto intenta imponerse sin tener en cuenta el lenguaje y el inconsciente del otro, y exige ser reconocido absolutamente por él”. Este es el deseo que nos alberga en esta aventura de descubrir quienes somos y qué creemos, debe albergar los currículos de nuestras comunidades académicas que abrazan las instituciones desde el pre-escolar hasta un doctorado.

4. TÓPICOS A PARTIR DE LOS CUÁLES CREEMOS QUE SE PUEDE COMENZAR A CONSTRUIR CURRÍCULUM EN AMÉRICA LATINA

Después de habernos aventurado a hablar de América Latina desde nuestra subjetividad y desde los referentes teóricos que a ambos lados del planeta se están manifestando, pensamos que es llegado el momento de una nueva aventura. Atrevernos a ir creando, ideando, proponiendo algunos tópicos que, basados en estas dos realidades expuestas, nos permitan salir del colonialismo intelectual que actualmente nos caracteriza.

Cuando, en los seminarios de doctorado, maestría e incluso pregrados, hablamos de esta necesidad y comentamos que todos somos responsables de esta construcción, pocos nos creen, y menos, se consideran “preparados” para autopensarse. Se sigue solicitando que sean otros los que escriban, los que piensen, los que hablen. Es la eterna queja del estudiante de cualquier nivel de la educación formal. Siempre se especula que no se tiene suficiente información y no nos atrevemos a crear nuestro propio conocimiento. Creemos que es hora de decir quienes somos, hacia dónde queremos ir y con base a qué criterios se deberían comenzar a desarrollar currículum en América Latina, para América Latina y desde los referentes de la historia no contada. No hacerlo, sería continuar abocados a la repetición, a “devorar” libros y libros que, desde Europa y Estados Unidos, nos quieren seguir vendiendo.

¿Cuáles son, entonces, esos tópicos?

5. SOBRE LA MOTRICIDAD COMO CAPACIDAD HUMANA Y SU CONCEPTO

Lo anterior nos lleva a reflexionar: ¡Qué difícil es salirnos de nuestra formación asignaturista, analítica, disciplinaria! Tenemos tan pegado a nuestra piel que las cosas son de una sola manera, que son esto y no aquello, que se leen o se pintan, que se investigan o se expresan, que no somos capaces de ultrapasar los límites de nuestra histórica manera de acercarnos a las diversas realidades que nos configuran.

Morin nos lo explica muy bien en toda su obra de la complejidad y de una manera más operativa en el texto sobre los siete saberes que tanto circula entre universitarios. Mas, ¿estamos comprendiendo en toda su extensión lo que este texto, y otros que van apareciendo, quieren significar?

Y cuando leemos estos principios, ¿qué se nos mueve?, ¿qué fibras interiores nos hablan?, ¿cómo podemos expresarlos, manifestarlos?, ¿es solamente a través del lenguaje oral-escrito que una idea pueda ser transmitida?

En la respuesta que demos a estas preguntas, y otras que podemos formular, afrontaremos un concepto u otro de motricidad. Ya, nuestros estudiantes de pregrado, comienzan a comprender dentro de sí mismos, que la motricidad es mucho más que caminar, saltar, lanzar, o jugar. Ellos y ellas, después de vivenciar (leer, escribir, pintar, danzar, jugar, escenificar, crear) situaciones diversas, comienzan a aventurar conceptos de motricidad relacionados con otros términos que hoy en día están en revolución: ser humano, vida, creación, transformación social, consciencia, …

Es más difícil, hacer comprender esta noción a sus profesores. Quizá por nuestra misma formación, por la especificidad a la que hemos sido abocados, por las prácticas que tradicionalmente hemos realizado, porque de una u otra manera, seguimos leyendo “motricidad” en los términos neuro-biológicos de los textos mecanicistas. Y esto a pesar, de nuestras otras lecturas, pero que no siempre pasan por la piel. Es como si leyéramos con los ojos y estos llevaran la información exclusivamente a través del nervio óptico a la “zona visual del cerebro”. Pero esta información, está ya en sí misma trasnochada, cuando nos introducimos en textos de neurociencia actuales y más aún de neurofenomenología.

Entonces, ¿qué es la motricidad para nosotros en este año?

Desde nuestra perspectiva, la Motricidad, como capacidad humana, es la propia manifestación de la vida humana en sus distintos modos de expresarse e impresionarse, en ese diálogo yo-otro-cosmos. Su intención es el desarrollo de la toma de consciencia desde la vivencia (contacto sensorial con la realidad) y su fin o propósito es el desarrollo humano de cara a la trascendencia, es decir, la transformación del yo, el otro y el cosmos.

En conversaciones con Manuel Sergio (Septiembre 2002), él actualizaba su teoría en estos puntos:

¿En qué hemos “avanzado” en la comunidad científica internacional de los planteamientos de Sergio? Digamos que hemos entrado a fondo en sus propios escritos y junto con él, en los diversos encuentros transculturales, vamos desentrañando el verdadero significado de aquello que estamos estudiando. Sergio, nos confiesa, que él mismo no se dio cuenta de todo lo que sus mismas palabras expresaban porque estaba encerrado en el propio contexto en el que estaba desarrollando su teoría. El hecho de haber estado trabajando en el seno de la educación física y el deporte, le impidió, comprender en toda su extensión los planteamientos de Merleau-Ponty, cuando, sin embargo, los recoge muy fielmente en sus escritos.

En el momento actual, nos reafirmamos en los siguientes principios:

En síntesis, nuestras subjetividades y la esencia de nuestros autores son alimentadas constantemente por conversaciones entre colegas, tanto presenciales, como virtuales, de los participantes en la Red Internacional de Motricidad y Desarrollo Humano. Son estos, grandes momentos de aprendizaje. El proyecto Motricidad y Desarrollo Humano se ha convertido en un medio de descubrimiento de diversas realidades y de nosotros mismos como seres creadores de mundos posibles. Ya no es sólo una red de trabajo, es una red de vida, en la que muchos de sus miembros se sienten “en casa” y abren sus ventanas para escuchar al otro y hablar el idioma latino que hoy nos une. Es desde esta comunidad científica, que estamos tratando de construir este proyecto que hemos meramente esbozado. En los próximos encuentros académicos, esperamos poder contarles algunas reflexiones y resultados de nuestra investigación. Que nos sirva esto para inducirnos, a ustedes y nosotros, docentes latinos, a fundamentar y desarrollar nuestros trabajos en los propios contextos.

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